domingo, 11 de noviembre de 2012

Él, al vernos pelearnos a mi amiga y a mi, pasó del tema. Yo empecé a chillar como una histérica, pensando que todo iría a mejor, pero no. No por gritar más llevas más razón. Al día siguiente nada había sido mejor, ella y yo seguíamos enfadadas, él me llamó y yo fui a su casa para contarle lo sucedido. No, en aquel momento no me acordaba que para él yo era una niñata. Mi amiga me llamó y él se lo cogió, y se enteró de todo lo que nos pasó a él y a mi, se cabreó. Lo suponía, yo también me hubiera cabreado.
Él también se cabreó conmigo, al darse cuenta de que a parte de que ella lo sabía más gente. Me dijo que si no le mandaba fotos mías no me iba a perdonar nunca.

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